Intensidad, emotividad, ganas. Nueva jornada de Liga Ecuabet, ahora a tres tablas, a tres zonas, a tres propósitos. Varios partidazos, dientes apretados y calculadoras ardiendo. No se puede perder un centímetro, no hay lugar para la pausa.

Todo arrancó en Machala. Orense no logró sostenerse ante el mejor visitante de la temporada. Independiente del Valle sacó chapa y firmó una victoria fundamental. Claudio Spinelli fue nuevamente la voz cantante, el referente de un equipo que pinta para grandes cosas.

En el Rodrigo Paz Delgado vivimos uno de los mejores partidos del año. Liga en concierto. El equipo de Tiago Nunes no tuvo piedad ante un Barcelona mal parado buena parte del match. Bryan Ramírez y el ‘Choclo’ Quintero como referentes de un triunfo 3 a 0 que pone al rojo vivo la lucha por aquel segundo lugar que da cupo directo a la fase de grupos de la Libertadores 2026.

El sábado largó con sorpresa. Macará dio el campanazo en el Jocay y firmó un 4 por 0 ante un Delfín que viene en caída libre. Nuevamente Fede Paz, una vez más Pablo González. La flota de foráneos del cuadro celeste estuvo a pleno, un concierto de virtudes surtidas y bien trabajadas. Ambato quiere ser internacional y el equipo de Sanguinetti tiene ganas.

Empate en cero entre Aucas y Emelec. El frío de Chillogallo contagió al ritmo en el campo de juego. Más voluntad de la visita sin contar con demasiada sorpresa. Nueva noche virtuosa de Pedro Ortiz, atajadas heroicas para resguardar el pórtico millonario. Los orientales siguen con la brújula sin apuntar norte.

Libertad y Universidad Católica regalaron un partidazo. Carlos Arboleda marca el paso para la victoria de los dueños de casa, pero el trámite tuvo justicia y el Trencito Azul lo empató de la mano de Azarías Londoño. Tremenda la evolución de Juan Carlos León y Diego Martínez, los dos mejores entrenadores nacionales de la presente temporada.

El cierre de la jornada trajo un nuevo derrape de El Nacional. Los Puros Criollos cayeron en casa 0 a 2 ante un ordenado Deportivo Cuenca. La noche de revancha de Jorge Ordóñez que logró demostrar lo mejor de su repertorio ante su ex club. También fue la velada de un Mancinelli lúcido, tiempista para tener todo bajo control bajo una lluvia intensa que agregó cinemática.

Grandísimo fin de semana. Ocho partidos de gran despliegue y las tablas ardiendo por todas las zonas. Los objetivos cunden de opciones y no hay espacio para dormirse en los laureles.