Un fin de semana ideal para vibrar en cada cancha. La Liga Ecuabet nos ofreció una vigésima tercera parada intensa y llena de matices.
La cursada arrancó en Cuenca. El Expreso Austral no pudo ante el instinto de supervivencia de Macará. Empate 1 por 1 en el tablero y un punto que castiga por igual. La calculadora se aprieta, los pronósticos traen chubascos
Barcelona superó con claridad a Orense. El equipo de Rescalvo va engranando. Janner Corozo consiguió romper horma y volver a ser importante para el ensamble amarillo. Partido clave para recuperar aire, para reencontrar confianza, para rehacer el camino.
Independiente del Valle no tuvo turbulencias para despachar a El Nacional. Se cumplió la lógica. El equipo de Rescalvo superó a los criollos con un golazo de Patrik Mercado, figura excluyente de la jornada en Chillo Jijón. Los negriazules se perfilan cada vez más firmes.
Liga pudo ser más generoso en su resultado, pero le bastó para superar a Mushuc Runa. Con Fernando Cornejo como director de orquesta, el albo encontró en los tantos de Villamil y Cabeza la distancia justa para conseguir tres puntos que alivian e ilusionan.
Universidad Católica se jugó un set y dejó sufriendo a Aucas. El cammarata venció 6 por 2 a un cuadro oriental que se ahogó en la orilla. Grandísima tarde de Eddy Mejía que derrochó velocidad y clase para romper toda resistencia. Tarde soñada.
Técnico Universitario hizo negocio y alivió su calculadora una vez más. El Rodillo venció 3 a 1 al Manta FC en casa y logró su tercer éxito al hilo. Jean Carlos Blanco volvió a ser ese hombre determinante, la llave maestra de donde se guarda la alegría blanquirroja.
Libertad y Emelec libraron una batalla en el Reina del Cisne. Partidazo. Muchas emociones. Mucho vértigo. Los azules se llevaron el triunfo con un tanto de Castelli a pura clase y un penal pesadísimo canjeado por gol por parte de Luis Fernando León. El Bombillo alumbra y se acomoda.
Delfín y Vinotinto jugaron el encuentro más intenso de la jornada. 3 a 3 en el score final. Noche casi perfecta para Erick Mendoza, velocidad y explosividad. No obstante, los errores no forzados fueron determinantes y la estantería se vino abajo por nervios. El llanero cazó una unidad valiosísima y complica el negocio en la tabla baja.



