LIGAPRO

Partidos Carrusel

VISITAS

1549550

VISITAS

1549550

← Volver

La U goleó en la Final de Ida y quedó a un dulce paso nada más de la gloria en la LigaPro Ecuabet 2024.

Una Final que fue una fiesta. No retóricamente, fue una fiesta. El Estadio Rodrigo Paz Delgado vivió una tarde de hitos para recordar. En una atmósfera llena de mística, los elementos no faltaron, tampoco las voces, ni las caminatas.

Todo arrancó con el trofeo de la LigaPro Ecuabet 2024 ingresando en brazos de dos campeones olímpicos. Richard Carapaz y Neisi Dájomes entraron por el centro del campo ante una grada que diluvió en aplausos. A instantes nada más, Jefferson Pérez, el antes y el después de nuestro deporte, llevó el balón con el que se disputaría la primera mitad de la definición de la temporada.

Luego de un protocolo emotivo y con gran timming, arrancó el partido. Liga e Independiente midiendo su paciencia. El albo buscando desprenderse por los costados, la visita rompiendo líneas y haciendo rotar a sus jugadores en el frente. Muy estudiado todo, poca tolerancia al error.

Independiente del Valle firmó los primeros coqueteos. Traslados hacia los costados, repetidos intentos de media distancia y un Jeison Medina dando giros inesperados entre los centrales de la U. Así y todo, Liga no perdía sus formas, no se extravió el plan ni se cayó en la trampa.

Los minutos pasaban y el primer tiempo seguía su dinámica de pocas chances y menos aún espacios. El rumor en la cancha sugería que una individualidad rompería todo. El equilibrio dependía directamente de la iniciativa de alguien, de una explosión creativa en el momento justo.

El final del primer tiempo trajo exactamente lo que el síntoma dictaba. Jhojan Julio vio el espacio para una gambeta más y se filtró entre sus custodios para habilitar a un Álex Arce suspendido en el cielo quiteño. Frentazo y a guardar. Liga 1 a 0 se puso al frente, lo imprevisto y lo necesario.

El descanso trajo un tren de sensaciones. El portal abierto para una avalancha de la U que cierre el negocio sin dramas y el llamado al amor propio en el Valle para tratar de desactivar el polvorín instalado por los dueños de casa.

El complemento resultó mucho menos dramático de lo esperado. Independiente dejó la brújula en casa y no encontró claridad ni en el banco. Las variantes condicionaron antes que solucionar. Liga leyó bien los gestos, trabajó con calma el progreso de las jugadas y fue administrando el tiempo.

Tras una secuencia de intentos, la U volvió a llenarse la garganta de gol. El empuje final fue de Alex Arce, la seguidilla previa acompañó la gente. Un gol de ebullición. La cancha mandaba en esos minutos, la intensidad marcaba el termómetro, Liga estaba en su momento y nada los iba a descarrilar.

Independiente fue reculando. La intención era no ceder más goles. Los cambios fueron dirigidos a ello, a aguantar. La escaldada alba se volvía más y más insistente. Los negriazules plantaron a sus mejores intérpretes en primera línea para evitar que se amplíe la grieta. La balanza estaba inclinada.

En ese contexto, el remate del partido lo tuvo a Liga emprendiendo y a Independiente tratando de subir la guardia. La U encontraba caminos fácil, las variantes potenció el recorrido. Alzugaray y Estrada dieron otros matices al ida y vuelta. Además, era la zona para atreverse a más, y lo hicieron.

Bienvenidos al último tramo de la Final. Los locales en un carnaval de intentos y despliegue. El tercero vino desde la observación y el sentido de oportunidad. Gabriel Villamil y un balón sin dueño, remate fuerte y colocado, gol de confianza y generosidad. El Rey de Copas y su gente abrazados siendo uno solo.

3 a 0 en el electrónico del Rodrigo Paz Delgado. Las pruebas desnudan el hecho. Liga impuso chapa y camiseta. Se sacó una ventaja de buen trecho. El saldo viene alto y creciente para la revancha. Sin nada decidido todavía, la tendencia dice que la serie y la copa está a un soplo de cerrarse.

DESTACADAS